Sólo por amor

Estaba Valentín, un chico alto, blanco, ojos negros, cabello negro liso de lentes, tatuado por todo el cuerpo; sentado en un banco en un parque de la ciudad donde la gente camina a sus perros y hace ejercicios.  De repente va pasando por el frente de él, una mujer cabello liso de color marrón largo hasta el pecho, morena clara, ojos marrones trotando con sus pesas pequeñas de color verde manzana una en cada mano, como para tapar sus problemas con el ejercicio, vestida con vestimenta de ejercicio: Camisa y licra gris claro, de nombre Mía.


Mía, es una chica fitness con un cuerpo muy completo y bonito, trota en el mismo parque a la misma hora y se cuida mucho su alimentación, la cual es vegetariana. Valentín ese día decidió presentarse.


Valentín- Hola Mi amor ¿Cómo estás?


Mía- Hola ¿Bien y tú? Disculpa ¿Te conozco?


Valentín- No, soy Valentín. Mucho gusto ¿Tu nombre es?


Mía- Mía. Jajajaja como San Valentín jejejejejeje.


Valentín en vez de molestarse, al contrario, se echó a reír con Mía y se dio cuenta que ella tiene la sonrisa más bella que él haya visto. Le siguió preguntando para conocerla.


Valentín- Y… ¿Haces mucho ejercicio? Pues es la primera vez que te veo por acá trotando.


Mía- Sí, siempre trato de estar en forma, soy muy fitness.


Valentín- Pero no lo necesitas, ya estás delgada ¿Cuál es la necesidad que tienes realmente para hacer ejercicio?


Mía se sintió intimidada por muchas preguntas de Valentín y para más colmo, tiene un señor enamorado que está obsesionado con ella, la persigue por todos lados y no la deja en paz, celándola con cualquier hombre que la vea conversando. Este señor es alto, cabello negro, ojos negros, trigueño, alto, delgado. De repente Mía se siente observada, voltea y se da cuenta de la presencia de este señor que los está mirando fijamente.


Mía- Mira son muchas preguntas, luego hablamos. Me tengo que ir. Gusto en conocerte. Adiós


Valentín- ¿Pero por qué te vas así tan pronto? No tenemos ni media hora hablando ¿Y te vas así de una?


Mía- Tú no me conoces ni sabes nada de mi, más bien me estoy yendo para salvarte. Lo siento. Chao.


Valentín se quedó asombrado de la actitud de la chica y pensativo del por qué lo haya dejado con la palabra en la boca. Valentín decidió acudir al otro día al parque a ver si conseguía conversar con ella y sacarle más información. Quiso llamar a su amiga Olivia la cual es simpática, chistosa y buena amiga, delgada, blanquita, cabello negro, ojos negros; a ver si conocía a Mía.


Valentín- Olivia ¿Cómo estás? Mira, una pregunta ¿Tú conoces a una tal Mía? Es que conversé con ella hoy y de repente se fue y no seguimos hablando. Entonces quiero saber si tienes conocimiento de ella porfa


Olivia- Hola San Valentín jejeje ¿Bien y tú? Mira sí, ten cuidado con esa chama que tiene a un hombre persiguiéndola que está obsesionado con ella. El tipo le tiene unas ganas horribles, se la quiere coger horrible. Yo te sugiero que no te metas en eso.


Valentín al escuchar eso, prefirió más bien luchar por ella y le pidió más datos a Olivia sobre ella.


Valentín- Mierda y ¿Por casualidad tienes más datos de ella que pueda saber?


Olivia- ¿Qué más quieres que te diga? Tiene 19 años de edad, es simpática, risueña, burda de pana, vive del fitness, siempre hace ejercicios, no entiendo para qué si está delgada, pero a ella le gusta ese mundo del ejercicio y estar bien. Ehm, le gustan los animales, pasea perros en sus ratos libres y es súper reservada con sus cosas, puedes hablar con ella y te dirá algunas cosas, pero de repente se sentirá intimidada, molesta y se irá. Y ya, eso es todo lo que sé de ella.


De repente Valentín le hace la pregunta de rigor como para terminar de averiguar bien sobre ella.


Valentín- ¿Tiene novio?


Olivia- Ay Valentín te morías por preguntarme eso jejejeejeje… No, que yo sepa no. Pero cómo te dije al principio, ese hombre es peligroso y está obsesionado, pero mal con ella. No te metas en eso. Mosca.


Valentín- Tranquila que yo sé hacer mis cosas. Gracias por la información. Cuídate. Nos vemos. Hasta luego


Olivia- Mmmm Ay DIOS mío… Dale de nada. Igualmente. Hasta luego. Ah, se me olvidaba, es amiga de Alba.


Valentín colgó la llamada con Olivia y decidió llamar a Alba, una chica delgada, cabello marrón crespo, alta, modelo y simpática, de ojos marrones. Decidió hablar con ella, mientras recorría las calles en moto a ver si la veía por algún lado, pues Olivia no le dijo donde vivía y quería irla a visitar.


Valentín- Hola Alba ¿Cómo estás? Mira, una pregunta ¿Qué sabes de Mía?


Alba- Hola ¿Bien y tú? No, bueno o sea lo que yo sé de Mía es que ella hace mucho ejercicio…


Valentín- Eso ya lo sé


Alba- Entonces ¿Qué quieres saber?


Valentín- Quiero saber donde vive y si vive sola 


Alba- Ah figúrate que eso no te lo puedo decir


Valentín- ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo saber eso?


Alba- No, nada de malo. Lo que pasa es que hay un hombre de nombre Antón que anda acosándola a cada rato ¿No sé si sabes? Entonces por esa razón ella se convirtió en una chica reservada con sus cosas y por ende, me pidió que no le diera a nadie su dirección.


Valentín trató de insistir con Alba como para sacarle más información sobre Mia.


Valentín- Al menos dime la dirección y yo me recorro la zona


Alba- Es que no puedo San Valentín, entiéndeme. Me metes en problemas.


Valentín- Ay, pero es sólo la zona. Por favor. Mira, yo me hago responsable si algo te pasa. ¿Va?


Alba- Está bien. Vive por los Palos Grandes, donde está la Plaza los Palos Grandes. Vive con el resto de nuestras amigas, o sea con tres amigas… Si ¡Mía me deja de hablar es tu culpa!


Valentín- ¡Gracias Alba! Tranquila, no le diré nada. Hasta luego.


Alba- Dale de nada. Más te vale. Hasta luego.


Valentín se fue emocionado a los Palos Grandes, en busca por si veía a Mía, pero solo encontró a una de sus amigas que viven con ella. Alicia, quien es tranquila, rockera vestida siempre de vestido corto pegado al cuerpo de color negro, ojos negros, de cabello liso pintado de rosado, verde y azul y con un pircing en la nariz. Valentín se le acerca a Alicia como para saber de Mía.


Valentín- Venia pasando y por casualidad te vi aquí ¿Cómo estas Alicia? Mira, ando buscando una chica llamada Mía y quería saber si la conocías por casualidad


Alicia- Hola Valentín ¿Bien y tú? Qué raro tú por aquí. Ehm ¿Y para qué tú quieres saber de ella? 


Valentín murmura, Alicia lo medio escucha y le pregunta qué dijo.


Valentín- DIOS mío pero ¿Por qué tanto misterio con Mía?


Alicia- ¿Qué? ¿Qué dijiste?


Valentín- No, nada. Soy yo hablando solo. Ehm, mira yo quiero conocer a Mía, porque hoy conversé con ella y quisiera invitarla a un café y así hablar y eso ¿Me entiendes?


Alicia-  Ya, sí. Entiendo. ¿Pero te han hablado de Antón? Ese tipo es un loco y está dispuesto a todo por ella.


Valentín- Sí, ya sé de ese hijo de puta. Ehm, pero dime ¿Tú sabes de ella?


Alicia- Mmmm… Sí, Valentín. Nosotras vivimos juntas, pero no puedo llevarte para allá. Lo siento


Valentín- Pero ¿Por qué no? Acaso ¿Ese hombre vive cerca de o con ustedes?


Alicia- Es que Antón sabe dónde vive Mía y a cada rato ronda la casa ¿Me entiendes? Y ha amenazado a Mía con violarla y todo, pues le metió mano en su vagina una vez conjuntamente con otro tipo que le tocó los senos, pero ése ya se fue, o sea lo hizo y se desapareció. El problema es Antón que está obsesionado con ella, tanto que diría que gusta de ella mucho. Es un peligro ese tipo. Ay no. La razón por la cual vivimos con ella, es que eso pasó cuando vivía sola, pues la llamaron a la puerta engañada por un vaso de agua, ella fue por el vaso de agua, abrió la puerta, lo tomaron y aprovecharon para tocarla. Ella se sintió indefensa sin saber qué hacer y no reaccionó a decir ni hacer nada, pero sí nos dijo que fuéramos a vivir con ella porque le había agarrado miedo a Antón y al tipo que se fue.


Valentín- ¿Y ese tipo que se fue no ha vuelto más?


Alicia- No, ese tipo se fue para siempre.


Valentín- Ese Antón es un enfermo sexual, un enfermo mental grave. Necesita ayuda médica urgente.


Alicia- No Valentín, necesita la cárcel o la muerte si es necesario


Valentín- Sí, es verdad. Esa rata mal nacida tiene que hundirse en la cárcel y que su cuerpo sea puesto a los leones, de pana y todo.


Alicia- Es lo mínimo que se merece ese engendro del mal. Cabron mal parido.


Valentín- Alicia por favor te lo suplico, te lo ruego. Llévame adonde está ella. No me interesa enfrentarme a Antón. Quiero estar con ella


Alicia- ¿Te gustó full ella, ah? Bueno, está bien. Ven conmigo, pero te advierto, te vas a meter en problemas


Valentín- No me interesa, llévame adonde está Mía por favor.


Alicia se montó en la moto de Valentín para guiarlo hasta donde vive ella con Mía. Al llegar, Valentín se quedó impresionado de la casa donde viven. Es una casita de color marrón cuya energía que transmite es de soledad.


Alicia- Aquí vivimos. Te advierto, Antón es capaz de aparecerse en cualquier momento, así que tienes que estar prevenido para eso


Valentín- Tranquila que ya estoy preparado para eso. Antón no me preocupa, sino Mía y el daño psicológico que este mal nacido le dejó en su mente y corazón.


Mientras tanto Antón buscando entrar a la casa de Mía, pero en eso le niega la entrada. Procede Antón a tratar de entrar a la casa por la fuerza, al mismo tiempo que Mía gritaba y le decía que no lo hiciera, qué se fuera. Mientras más gritaba, más Antón pretendía entrar, hasta que logra tumbar la puerta y entrar, Mía pedía a gritos que no la tocara que no le hiciera nada, qué no la tocara y qué la dejara en paz, pero esos gritos fueron en vano, Antón procedió a forcejear con Mía y al final termina lanzándola al suelo, Mía trataba de escaparse, pero Antón la agarró por los pies, la trae hacia él, empieza rasgándole la ropa, la toca y comienza a violarla al mismo tiempo que Mía gritaba y lloraba pidiendo auxilio que Antón la estaba violando. 


Alicia y Valentín están hablando tranquilamente en el bosque de camino a la casa de Mía, cuando en eso Valentín escucha a una mujer de lejos gritando auxilio. Le dice a Alicia y ella también comienza a escuchar también y reconoce la voz. 


Valentín - ¿Escuchaste eso? Una mujer está gritando auxilio 

Alicia - No, no escucho nada. Déjame prestar atención a ver si la oigo; Sí, ya la escucho. Ya va, yo conozco esa voz, ¡es Míaaa! Antón la está violando. Hijo de puta. 

Valentín - DIOS mío Mía. Vamos qué tenemos que separarlos

Alicia - Espera, déjame llamar a Susy y a Carmen para que llamen a la policía 


Susy y Carmen están de compras del mercado, había dejado sola a Mía, pues quiso quedarse en la casa por lo casera que es. 


Antón viola a Mía hasta que se cansa, en eso Susy y Carmen llaman a la policía y se llegan al sitio, al igual que Alicia y Valentin. 


Antón trata de escaparse de la casa por la ventana, pero Mía gritaba que se escapaba y qué se lo llevaran porque le había violado. Antón le mandaba a callar con una mano sellándole la boca. Pero fue inútil, la policía tumba la puerta y no lo encuentran, mientras que un cuerpo policial se dirigen a los alrededores de la casa con Valentin, cuando él lo descubre y procede a caerle a golpes cuando los policías los separan y se llevan preso a Antón, asegurándose Valentín que lo metan en una cárcel de máxima seguridad. Y en la cárcel lo violan y lo matan. 


Mientras tanto Mía llora de rabia e impotencia, Valentín siente ganas de matar a Antón, pero le da gracias a DIOS de que esté preso. Susy y Carmen regañan a Mía por no haberse ido con ellas al mercado, pues se habría evitado el suceso. 


Mía le agradece a Valentín y a sus amigas Susy, Carmen y Alicia todo lo que hicieron por ella. En eso comienza una historia bonita entre todos. Mía sale con Valentín, pues él la ayudó a confiar en los hombres y poco a poco se ganó su cariño hasta hacerse novios. Y sus amigas pudieron hacer su vida y casarse. 


Fin. 





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